Ancares por Pan do Zarco desde el río Murias


ANCARES POR PAN DO ZARCO ¿EL MORTIROLO ESPAÑOL?


Cuando Javier Rodriguez me comentó emocionado, la existencia de este nuevo tramo asfaltado de unos 7,3 km, los datos consultados en la cartografía nos daban unas cifras muy parecidas a las del coloso italiano (las más parecidas en el territorio nacional, si hablamos de puertos “naturales”) Luego, cuando realizamos el trabajo de campo, nuestras expectativas se confirmaron casi en su totalidad.

Después de haber dejado atrás la población de Robledo y un par de kilómetros de suave ascensión, iniciamos la subida real en plena curva de vaguada a unos 560m, con un kilómetro a más del 10% rodeado de vegetación y en busca de la población de Murias, en la cuál no llegamos a entrar, de hacerlo nos encontraríamos con tramos cementados al 22%. Una vez salvada una revuelta al 14% que rodea Murias, llegamos al cruce a la Braña de Pan Do Zarco, dónde giramos a la derecha para entrar en la pista recientemente asfaltada y que en ningún momento supera los 4 metros de anchura, hasta enlazar con la ruta original en la Cruz de la Cespedosa. La primera parte de este tramo nuevo, presenta las mayores dificultades de toda la ascensión, con varios kilómetros por encima del 13% y puntas del 20% en un trazado a media ladera. Dejamos atrás la braña para el ganado de Pan Do Zarco y nos encontraremos otro kilómetro muy selectivo con tramos al 16%; después de sufrir estas rampas, nos encontraremos con 2 kilómetros de descanso al 4% para posteriormente afrontar el último tramo de la subida, ya en la carretera original con unos 2 kilómetros, que terminarán de darnos la puntilla con rampas del 14%. La vista desde la cima es espectacular, sobre todo si miramos a la derecha, dónde la cumbre del pico Cuiña domina gran parte de la ascensión.




Fotos de Javier Rodriguez, Vuelta 2014








Revueltas iniciales de la ascensión


La peña que domina las primera parte de la subida




                                                                          

Cara oeste de Las Tres Marías